jueves

Estrellas.

En esas andaban cuando llegó la noche. Se rieron tanto, se lo estaban pasando tan bien que no se dieron cuenta de que el tiempo se les echó encima.. Era tarde, muy tarde. Y habría bronca, lo sabían.
Rápidamente se pusieron en pie sacudiéndose las cáscaras de pipas pegadas en sus vaqueros y en sus camisetas.
- Qué le vas a decir tú?
- No lo sé, que hemos perdido el autobús.
- Yo no puedo decir eso, sabes que no me deja coger el bus, sabes que no me deja alejarme del parque.
- Pues yo qué sé, tía.. Pero vámonos que si no ya verás.
El regreso a casa se hizo eterno. Intentaba encontrar excusas, excusas que fueran creíbles. Sabía que ya no colaría aquello de que el reloj se había parado. Tampoco podría decir que había tenido que acompañar a Isa a su casa, ni que le había entretenido la madre de Montse.
Se daba toda la prisa que podía aunque ya daba igual. Total, ya llegaría tarde. Cada vez se agitaba más y más su respiración. Llegaría tarde otra vez.. pero,  qué importaba en realidad? Tampoco la pegaría, ni la echaría de casa. Pero le dolía tanto su desdén! Esos inmensos ojos verdes clavados en los suyos con esa mirada de decepción le hacía más daño que cualquier bofetada que le pudiera propinar.
Dejó de caminar y miró al cielo oscuro y nítido. Se tumbó en la hierba del parque y miró las estrellas. Una a una, todas. No tenía ganas de volver y posiblemente no lo haría..